Este verano viajé a Nueva York con una beca para estudiar inglés. El curso duraba 3 semanas y lo concedía el ministerio de educación.
Supongo que como otros estudiantes íbamos ilusionados para mejorar nuestro inglés, pero al llegar a la aduana del Kennedy la sorpresa de mi compañera y la mía fue que el policía era hispano, por lo que nos habló en castellano, al llegar a la residencia idem y así durante las tres semanas. Allá por dónde fuéramos todos hablaban nuestro castellano y sólo practicamos las 3 horas diarias de clase.
A pesar de todo esto pudimos disfrutar de una de las metrópolis mejores del mundo, una torre de babel en los mismos EE.UU. Con tintes a urbe europea y sobre todo una ciudad impresionante.
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