Quiero empezar agradeciendo a las personas que, desinteresadamente, han realizado este verano las Fiestas Galatzó 2010.
Pero que este inicio no sirva para no poder manifestar lo que es una obviedad: el PP de Calvià, Delgado y su gobierno municipal desde 2003 tenían en mente ir dilapidando las fiestas de todas las zonas para que, después de los desastres de afluencia, actividad y otros poder anularlas con el pretexto «ya no va nadie a las fiestas de los distintos pueblos».
Pero que no engañen a nadie, las Comisiones de Fiestas han tenido el mismo presupuesto municipal de cada año, si bien es cierto que ahora es más difícil conseguir publicidad y patrocinadores, pero si quieres, los consigues, si trabajas, los encuentras.
Hace 10 años, un grupo de jóvenes (ahora ya no lo somos tanto) nos metimos en la Comisión de fiestas para colaborar con las actividades infantiles y juveniles, así como los bailes de los más pequeños el viernes de las verbenas. Un año después (2001) empezamos a gestionar las mismas hasta 2005, cuando desde el Ayuntamiento se dieron las órdenes oportunas a Participación Ciudadana de aniquilar todo lo anterior a la era Delgado. Cometieron un gran error, indistintamente de ideologías o preferencias, los que allí estábamos era por pura vocación o incluso pasión. ¿Quién con 18, 19 o 20 años pasa los veranos «mallorquines» desinteresadamente buscando publicidad (hacer de comercial, que creo que nunca mandaría un C.V. para este oficio, respetable, faltaría más)? ¿Qué jóvenes después del curso escolar se reúnen tras 8 horas en un hotel con turno partido para preparar la pintada de camisetas, los gymkanas, el cine y pamboliada, competiciones deportivas, bailes de los más peques… y así hasta conseguir rellenar casi 100 horas de actividades para la última semana de Agosto?
En aquellos entonces ya se escuchaban voces de que las fiestas de «La Pantera» no eran lo mismo… algo de razón tendrían, no podíamos traer una «figura musical» para el sábado de la verbena (hasta un triunfito recién salido de la academia nos pedía más del presupuesto que teníamos). Conscientes éramos de ello y sin saber lo que era una DAFO nos dedicamos a conseguir unas fiestas más de barrio, dónde todas las edades tuvieran su espacio: más de 80 chavales participaban en los diferentes talleres (para alegría de los padres que podían descansar en pleno mes de agosto de los más pequeños de la casa). Cena de la tercera edad, excursiones varias (aquapark, mini-golf, western…). Competición de petanca, fútbol sala. Gymkana sucio y terrorífico por la noche (aún recuerdo los comentarios de los padres que necesitaban de una espátula para quitar la «mierda» de pelo de sus hijos… ¡pero lo bien qué se lo pasaban!).
Y por fin llegaba el viernes, bailes de los benjamines, fiesta de la espuma, alguna que otra orquesta, algún humorista para el domingo… y al fin… cierre de fiestas. No sólo se acaban las fiestas del barrio, de un plumazo se nos había esfumado un año más el verano a una decena de jóvenes, que un año más y con esfuerzo lo habíamos intentado.
Por eso, a mí no me engañan… Si se quiere: se puede. Puedo entender por la dificultad económica de las empresas del municipio, pero estoy seguro que con trabajo unas fiestas decentes se sacarían, sólo, claro está, si hubiera intención para ello.
Por último, y no por ello menos importante, agradecer a todas esas personas que estuvieron todos los años o sólo alguno, que hicieron posible que juntos sacáramos las fiestas adelante, dedicando días de más de 24 horas, semanas de más de 7 días… con los buenos momentos y alguna que otra lágrima.
Soy de los que piensa y lo mantendré hasta la saciedad: que otras fiestas son posibles, que las fiestas de antaño están por repetirse.